Dr. Jesús Robles Villa

Prensa

Mi primer viaje a China

February 25th, 2010

Por: Jesús Robles Villa

25 de Febrero de 2010

En el año 2005, el gobernador del Estado de Chihuahua, Lic. José Reyes Baeza terrazas y el Rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), C.P. Raúl Chávez Espinoza, acompañados de un nutrido grupo de empresarios y funcionarios públicos, hicieron una visita a varias ciudades de China, en ese entonces participé como como asesor del rector, adicional a mi actividad regular como maestro de la Universidad (desde 1968), como resultado de dicho viaje, se celebraron convenios con cinco universidades chinas, para realizar un intercambio de estudiantes, es decir: estudiantes mexicanos, chihuahuenses, que fueran a China en programas de posgrado y de aprendizaje del idioma y la cultura china y nosotros recibiríamos igual número de estudiantes chinos, que vinieran en un programa de posgrado, aprender el español y la cultura del estado de Chihuahua.

El proceso de formalización de estos convenios no fluyó a la velocidad esperada, pues los trámites consulares y de visas, en nuestro país, específicamente hacia las personas que quieren venir de China a México, están sumamente restringidos, debido a un proceso histórico de fuerte presión para obtener visas en los consulados mexicanos, para personas que quieren emigrar a nuestro país, con propósitos agresivos de comercialización no necesariamente por las vías convenidas en los mecanismos internacionales multilaterales de libre comercio, y en ocasiones deslumbrados por el sueño americano, al cual aspira vivir, como trabajadores migrantes, tampoco necesariamente en forma legal

Pero finalmente en el año 2006, se formalizó en la UACH, el Instituto Confusio, que es el mecanismo por el cual China, ha incursionado en más de 60 países en los cuales ha financiado la estación y operación de más de 280 Institutos Confusio, para difundir su idioma, su cultura y establecer relaciones estrechas con los países y estados que ofrecen para ellos algún tipo de interés económico, cultural, social, político, etc.

El caso de Chihuahua, su condición de estado fronterizo significa un gran atractivo para los empresarios chinos, quienes ven en el estado de Chihuahua, una puerta de entrada al gran mercado norteamericano, a través de la instalación de empresas productoras de bienes exportables a Estados Unidos de Norteamérica.

Cada año en el mes de Diciembre, el organismo que controla la operación de los Institutos Confusio y los dota de recursos para la realización de sus propósitos, realiza un congreso anual al cual acudimos los representantes de dichos institutos, acudimos a exponer nuestras experiencias, ventajas, problemas, etc., en la operación de estos convenios de intercambio con China

En el año 2008, desempeñándome ya, como Director del Centro de Investigación y Desarrollo Económico (CIDE) de la UACH, organismo que creo el rector Raúl Chávez, con propósitos directos de vinculación con el sector gubernamental y el sector empresarial, y en mi calidad de Asesor del Director del Instituto Confusio, fui por primera vez a China, a la Convención Anual de Institutos Confusio, evento por demás interesante, que muestra la enorme inversión que el país (China) está realizando en un proceso de colonización cultural, económica y lingüística del mundo

A raíz de mi extensa experiencia en el asesoramiento de empresas y organismos gubernamentales, me he convencido de que uno de los procesos en los que México, ha invertido menos, históricamente, para lograr su desarrollo económico, ha sido el proceso de comercio internacional, ha fallado en preparar o capacitar gente especializada en la tarea de comerciantes internacionales, a pesar de que desde 1970, el entonces presidente Lic. Luis Echeverría Álvarez, cuando accedió a su cargo, lo primero que nos dijo al país fue que era “su visión  la inminente globalización de la economía mundial”, para lo cual creo el Instituto Mexicano de Comercio Exterior (IMCE), nombrando como director al chihuahuense Lic. Julio Faesler, y creo el Centro de Estudios de Comercio Internacional, en el cual fuimos formados algunos jóvenes profesores universitarios, con el ánimo de adherir carreras de este corte en las jóvenes universidades estatales públicas.

Es de sobra conocido que la actitud del siguiente presidente de la república, Lic. José López Portillo, no comandaba con esta idea de la globalización, por lo cual desde el inicio de su sexenio canceló el IMCE y el Centro de Estudios de Comercio Internacional, argumentando que el problema de México sería administrar la abundancia de los recursos provenientes del petróleo, que podrían provocar graves inflaciones y desajustes a la incipiente economía en desarrollo de nuestro país

Pero al cierre del período gubernamental de Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, México entró de lleno, con falta de preparación, al concierto de la globalización económica mundial, y hasta la fecha, es una asignatura pendiente del gobierno y del sector empresarial, así como del académico; la preparación de una fuerza profesional y técnica de comerciantes internacionales

Dentro de mis andanzas, como banquero profesional de desarrollo, me ha tocado analizar, proponer, autorizar y darle seguimiento a proyectos que tienen como escollo principal la débil comercialización y la escasa preparación y peor aún la actitud de rechazo a la función de ventas, más aún de ventas en el ámbito internacional, por lo que normalmente los proyectos financiados, ante un mercado interno débil por falta de capacidad adquisitiva de una gran cantidad de mexicanos no fructifican, se dice que más de la mitad de los mexicanos viven en pobreza, y más de la cuarta parte de los mexicanos, viven en pobreza extrema.

Ante éste panorama en el 2008 acudimos a la Universidad Internacional de Negocios de Beijing, con la propuesta específica de que recibieran en China, en esa universidad a 15 estudiantes mexicanos, ya graduados de distintas profesiones, para hacer estudios de comercio internacional, en una nación que como China, tiene una estrategia y programas sumamente agresivos de comercialización de una enorme variedad de bienes y servicios que producen.

Los dirigentes de esa universidad, presidente y encargado de la Facultad de Negocios, aceptaron de inmediato y ofrecieron becas para 15 estudiantes mexicanos, y la universidad autónoma de Chihuahua recibiría a otros tantos estudiantes chinos, que vendrían a perfeccionar su idioma español y a conocer la cultura del estado de Chihuahua, estudiantes que también vendrían becados por el gobierno chino

Ante la generosa oferta, la UACH aceptó de inmediato y hoy tenemos a un grupo de 15 estudiantes que desde agosto del año 2009, se encuentran en China preparándose como expertos de comercio internacional con dominio del idioma y la cultura china.

Recuerdo que la actitud de mi parte, antes de iniciar el viaje a China, era de  cierto escepticismo, debido a la muy difundida visión, de que en China la población vive en una especie de esclavitud, sujeta a salarios sumamente exiguos, y con una gran carencia de bienes y servicios, lo que los obliga a trabajar con las empresas maquiladoras internacionales por escasas sumas de dinero, durante largas jornadas y toda esa serie de versiones falaces que circulan en el medio de la economía mundial.

Debo confesar que mi sorpresa fue enorme desde la llegada al aeropuerto internacional de Beijing, el aeropuerto más moderno y con la atención más esmerada que he visto en mi vida (y vaya que he viajado por el mundo) por parte del personal de migración con instalaciones extraordinarias para transporte desde el área de llegada al área de abandono del aeropuerto por parte de los pasajeros inmigrantes, pero fue más mi sorpresa observar los edificios de empresas, las carreteras con puentes y alumbrado, vehículos para transporte público de pasajeros, en general la infraestructura urbana de primer mundo, todo esto en  la ciudad de Beijing, en fin prácticamente cada uno de los diez días de estancia en este primer viaje, fue acumular sorpresas de información, sobre un país con una gran tradición cultural y respeto por la misma, mostrada al mundo entre otras formas mediante extraordinarios museos a los que fuimos invitados a conocer.

En esta primera visita a Beijing pude encontrar un país con una extraordinaria evolución comercial en donde se encuentran distribuidos por toda la ciudad enormes centros comerciales modernos, de todo tipo de artículos y servicios, de marcas mundiales, y en donde se observa una actividad febril casi diría voraz de compra por la población China de todas las mercancías y servicios que se ofrecen en esos enormes centros multiniveles de comercialización de bienes y servicios

A mi regreso de ese primer viaje, comencé fervientemente a organizar la selección e instrumentación de envío de estudiantes según el convenio con la universidad internacional de negocios de Beijing, que como menciono párrafos arriba, hoy está en plena operación, pero además, empecé la instrumentación del Centro de Estudios de Comercio Internacional, e invité a cinco jóvenes mexicanos, unos que por supuesto se habían ido a estudiar China y otros que fueron becados por el gobierno chino y el gobierno mexicano.

Dos de estos jóvenes, durante cinco años, de estudio y aprendizaje en China, tomaron la decisión de formar una compañía de Comercio Exterior, radicada en Hong Kong, pero estuvieron dispuestos a ponerse a la disposición de la UACH, dentro del Centro de Estudios de Comercio Internacional, a las órdenes y a colaborar con la institución para el desarrollo de productos chihuahuenses en el mercado chino. Hasta aquí una breve reseña de lo que fue mi primer viaje a China, en sucesivos artículos, seguiré compartiendo con ustedes mis vivencias y lo que fue mi segunda experiencia de viaje a dicho país, hasta la próxima.



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