Dr. Jesús Robles Villa

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El Valle de la Muerte: Seis grandes problemas de las microempresas

February 25th, 2011

En la totalidad de los países en desarrollo y en algunos ya desarrollados, la mayoría de las empresas que integran el sistema económico de un país, son en su mayoría operadas por empresarios, propietarios de micro, pequeños y medianos negocios, quienes nos dedicamos a estudiar a este tipo de empresas, diferimos en el grado de complejidad y el número de factores que influyen en la alta mortalidad de este tipo de negocios, de lo que llamamos el valle de la muerte, es decir es rara la empresa que dura más allá de cinco años de vida, de los cientos de miles de negocios que a diario se registran y que inician operaciones en todo el mundo.

Hay quienes en profusos análisis documentan más de 200 factores como generadores de este tipo de problemas en los micro, pequeñas y medianos empresarios, investignado en este campo, acorde con la teoría sociológica del Niklas Luhmann, en un mundo tan complejo, como el mundo globalizado de hoy, el secreto del éxito en la conducción de los diversos sistemas, que integran el sistema general de la sociedad, consiste en un proceso de simplificación, y en encontrar medios de comunicación que trasmitan esa simplificación en la operación de los subsistemas.

Aquí enumero los problemas a los que se enfrentan los empresarios de México de manera cotidiana:

1. Inseguridad generalizada

Uno de los graves problemas que tiene que enfrentar un micro, pequeño, o mediano empresario, es el problema de la inseguridad, que proviene de todo tipo de delincuencia y criminalidad, que en el siglo 21 se ha disparado ante la imposibilidad del estado moderno, de cumplir con su función de estado guardián, y los políticos encargados de dirigir el estado, en actitudes demagógicas, destinan los recursos escasos de los presupuestos públicos, a atender todo tipo de necesidades de las clases menesterosas y en ocasiones de las clases acomodadas, con propósitos eminentemente electorales, lo que aunado a la rentabilidad del negocio de la delincuencia, organizada y desorganizada que comprende actividades como la venta de drogas, todo tipo de bienes robados, que se comercializan en el mercado negro, la extorsión de empresarios, el secuestro, el asalto, etc. ha generado los recursos para que este sector de la sociedad, se arme con los más poderosos adelantos de armamento destructivo, superior a la de los cuerpos policíacos, que además por la proliferación de legislación de derechos humanos, están prácticamente inermes ante la delincuencia, creando la paradoja de que la actividad más insegura es la de pertenecer a un cuerpo de seguridad pública, por el riesgo de ser cooptado por el crimen organizado, o asesinado por no plegarse a sus propósitos; es conocido en el medio de los cuerpos de seguridad, el aforismo que reza “que prefieres, plomo o plata?”.

Pero paradójicamente esa inseguridad también proviene del recurso humano que en forma abundante y en su mayoría desempleado, es la fuente de mano de obra para los micro, pequeños y medianos empresarios, que se ven inermes ante la legislación federal laboral, sobre protectiva de la clase trabajadora, y que en un mecanismo jurídico denominado “suplencia de la queja” ante una queja de tipo jurisdiccional laboral, por parte del trabajador, éste siempre tiene la razón, a menos que el patrón demuestre que es inocente, situación altamente improbable en las condiciones de informalidad en las que se desenvuelve la micro, pequeña y mediana empresa, por lo que ante la frecuencia de condenas en su contra, el micro, pequeño y mediano empresario, opta por no crecer, para no verse sujeto a los problemas de indemnizar por cantidades estratosféricas a personal laboral improductivo, indisciplinado, indispuesto en general, a aportar la parte del esfuerzo que le corresponde en la actividad económica, para incrementar el Producto Interno Bruto del país.

Por lo que no sólo es el sector delincuencia, sino el terreno laboral una amenaza de inseguridad para el patrón.

2.- Ineficientes sistemas de financiamiento

Otro grave problema que afronta todo el micro, pequeño y mediano empresario en países en desarrollo, es la falta de capacidad de ahorro de la inmensa mayoría de la población, debido a los bajos salarios, que las empresas están en posibilidad de pagar a su fuerza laboral, entre otras causas por la improductividad apuntada en el apartado anterior, y esa escasez de capacidad de ahorro, impide la posible creación de mercados locales y regionales de dinero prestable y de capital de riesgo para invertir en los micro pequeños y medianos negocios, que normalmente inician con muy buena fortuna su actividad, pero que el éxito de su crecimiento, acaba por ser la causa de su rápida muerte y fracaso, por no disponer de recursos para invertir en capital de trabajo y siendo el eslabón débil de la cadena producto valor, las grandes empresas comercializadoras, los estrangulan tomándose plazos de pago por los bienes y servicios que les compran a los micro pequeños y medianos empresarios, con lo que terminan por hacerlos quebrar por falta de liquidez.

La generación de capacidad de ahorro de la fuerza laboral, implicaría mejorar los niveles salariales de la fuerza de mano de obra, pero la imposibilidad legal de los micro pequeños y medianos empresarios de pagar en forma diferenciada a los buenos empleados y trabajadores, conforme a su productividad, debido a la norma legal laboral que establece “a trabajo igual, salario igual”. Los patrones siempre están apegados a pagar el salario correspondiente al equivalente del trabajador menos productivo, lo que desincentiva al buen trabajador a ser más productivo y genera un círculo vicioso en el nivel de productividad y rentabilidad de la micro pequeña y mediana empresa.

3.- Ineficiencia en sus sistemas de comercialización

Debido a la baja capacidad de consumo de la mayoría de la población de los países en desarrollo, como se explica en los apartados anteriores, por la imposibilidad legal de pagos diferenciados a los buenos operarios, que haga rentable el negocio, la miriada de pequeños negocios que integran el mercado de oferentes, se enfrenta a medios poco propicios para el crecimiento, pues el costo de comercialización de amplios mercados de baja capacidad de consumo, hace imposible a pequeños emprendedores hacer eficiente el proceso de comercialización local, regional, y menos aún la comercialización internacional, por lo que la manera de un símil, en un medio ambiente poco feroz, donde hay poca variedad de especies animales o vegetales, las cadenas alimenticias, no permiten el desarrollo de grandes especies, pues tales individuos moriría de inanición en el entorno donde existe escasamente forma de sobrevivir, que es lo que pasa a los micro, pequeños y medianos empresarios, en países con mercados deprimidos y de poca capacidad adquisitiva, pero que a su vez carecen de los elementos necesarios para acudir a los mercados globales de los países con mercados con amplia capacidad para demanda de bienes y servicios.

4.- Transferencia de ciencia y tecnología

Las condiciones que enfrentan los micro, pequeños y medianos empresarios, que se han apuntado en los párrafos anteriores, impiden la sustracción de recursos para investigar y desarrollar nuevas formas tecnológicas y científicas para producir en forma más eficiente a los bienes y servicios que se están produciendo o encontrar nuevas formas o nuevos bienes y servicios para atender necesidades de mercados amplios y con capacidad suficiente de consumo, pues como se apuntó en el párrafo relativo al segundo problema, los exiguos recursos con los que un micro pequeño o mediano empresario inicia sus negocios, no le alcanzan ni siquiera para la operación normal de su empresa, menos para financiar procesos de innovación científica y tecnológica, por lo que regularmente hace y sigue haciendo lo que han venido haciendo sus ancestros o simplemente copia de otros países la forma de producir, o recibe tecnología obsoleta desechada por los países más avanzados, que le desechan por incosteable.

5.- Costo incrementado irrefrenable de la energía convencional

Después de la Segunda Guerra Mundial, con el repunte en la industrialización dedicada la producción de bienes y servicios para consumo masivo de los crecientes mercados mundiales, la fuente tradicional de energía, los combustibles fósiles, se ha usado directamente en la producción de bienes servicios, como en la producción de energía eléctrica para el mismo propósito, y este consumo ha ido agotando los mantos y reservas del recurso petróleo crudo de los distintos países que cuentan con estos yacimientos, el uso de ese recurso ha ocasionado en los últimos cincuenta años todo tipo de conflictos geopolíticos internacionales, debido a que las grandes potencias pretende utilizar hasta al máximo posible a los mínimos costos posibles también, ese recurso energético de los combustibles fósiles y los países poseedores de tales yacimientos, se han organizado en carteles de países productores, para a través del mecanismo de asociación bajar la producción y con eso pretenden mantener elevados los precios de este recurso natural, lo que naturalmente ha provocado todo tipo de confrontaciones y conflagraciones belicosas.

La investigación científica y tecnológica ha ido descubriendo fuentes alternas, sustentables y en el futuro, indispensables como fuentes para la producción de bienes y servicios para el creciente mercado mundial, sobre todo que son recursos naturales renovables, los que tecnológica y científicamente aprovechados, representan una fuente inagotable en el futuro, barata y óptima para proveer energía a todo tipo de movimientos y procesos productivos de bienes y servicios, pero que para su explotación, los países en desarrollo poseedores inclusive de yacimientos petroleros, no han separado los recursos necesarios para invertir en la ciencia y la tecnología del desarrollo de esas fuentes alternas y sustentables de energía, y hoy se ven arrastrados en sus costos en las guerras de precios, que se llevan a cabo entre países altamente industrializados con enormes consumos de energéticos y países productores de petróleo, que pretenden recibir lo que denominan un precio justo por un recurso que se está agotando con cuyos excedentes espera construir la reservas para su sobrevivencia, cuando se agote el recurso petróleo en sus yacimientos o reservas de este energético.

6.- Incapacidad de asociarse.

Uno de los graves problemas que padecen los países en desarrollo o países subdesarrollados, es la carencia de mecanismos impersonales como las bolsas de valores, las bolsas de compra y venta de “commodities”, mercados institucionales de dinero prestable, etc. Que a través de medios generales de comunicación simplifiquen el proceso de participar individualmente en el desarrollo de una empresa, de una negociación, del mercado, cómo en los países industriales más avanzados, en donde acuden cientos de miles de individuos, que con la intención de obtener utilidades o permitir el uso de sus excedentes de liquidez a quienes los necesitan, mediante el pago de los intereses o costos del capital prestable, fortalecen el desarrollo de grandes corporaciones, que como mecanismos de asociación, integrar en forma acumulada, grandes cantidades de recursos, talentos, capacidades y habilidades de todo tipo, lo que les proveen de economías de escala, que les permite producir en forma más eficiente y barata y por ende los ubican en un nivel de competitividad global, muy por encima de los micros, pequeños y medianos empresarios de países en desarrollo en el mercado global.

En el ámbito de la consultoría, quien nos dedicamos a esto, definimos un problema como la diferencia entre donde estoy y donde quiero estar, también decimos que definir en forma clara y simple un problema es tener ya más de un 50% del problema resuelto, pues no hay peor cosa en el ámbito administrativo, que el estar intentando la aplicación de soluciones a problemas mal definidos, a base de procesos de prueba y error.

Pero también el conocer el problema y sus causas sin analizar y evaluar alternativas de solución adecuadas a los problemas, lleva también frecuentemente a ensayos de prueba y error que conducen a este tipo de negocios y empresarios, a una vorágine de errores que hunden más y más a las micro, pequeñas y medianas empresas.

Lo anterior es un análisis de los problemas mas comunes y desafortunadamente los mas difíciles de resolver, mi recomendación es enfocarse en atacarlos uno a uno con paciencia y con visión de largo plazo para garantizar un crecimiento sostenido (aunque lento) y por ende asegurar la supervivencia del negocio. Los espero la próxima semana, agradezco sus comentarios y sugerencias a través de mi blog o mi cuenta de Twitter: @roblesvilla.

Jesus Robles Villa
Twitter: @roblesvilla

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Vino viejo en odres nuevos

February 11th, 2011

La tarea de un consultor de empresas, normalmente consiste en ayudar a resolver un problema, concepto este que significa: la diferencia entre donde está quien solicita el apoyo de consultoría y donde quiere estar.

Aunque este modelo tan sencillo de definir, en la práctica por diversas razones, es poco común que el denominado cliente, sepa con claridad en donde está, o en donde quiere estar, o ignore ambas posiciones o al menos carezca de la claridad necesaria para actuar en consecuencia.

Un modelo sencillo de consultoría, consiste en conocer el pasado del problema, su estado presente y una visión de futuro a corto, mediano y largo plazo, de la situación de la empresa o actividad del cliente. Si es que su situación puede tener futuro.

El conocer este triple estado del problema de la empresa o del cliente, requiere un mapa sencillo para ubicar el entorno o territorio tanto externo de mercados, que ha recorrido la empresa y por otra parte un mapa interno, que permita visualizar desde un vector administrativo o directivo interno, que caminos ha recorrido, donde se encuentra y hacia donde se dirige, la función administrativa directiva, desempeñada por el dueño o sus representantes en la función administrativa.

La ruta de una sana función administrativa, pasar forzosamente por cuatro estados, una sana planeación, una adecuada organización, una eficiente y eficaz dirección y por último medidas coherentes de control.

Pero toda empresa realiza funciones operativas, compra, investiga y desarrolla productos y servicios, diseño e instrumenta su producción, investiga sus mercados y vende sus productos y servicios, realiza operaciones financieras para obtención de recursos tanto de capital de riesgo, como de crédito externo, contrata personal, realiza tareas de registro y cumplimiento de obligaciones fiscales, en términos generales.

Y cada función operativa se puede graficar como una columna adyacente a la de la función administrativa, con lo cual se forma un mapa en forma de matriz, que permite en forma visual y de tablero, reconocer el terreno en el que se mueve la empresa, en donde hay huecos o vacíos, terrenos difíciles o simplemente no transitados por los dueños o administradores de la empresa.

Este sencillo instrumento de diagnóstico, que recibe una cantidad enorme de diferentes nombres y modalidades, no es sino el mismo “vino administrativo” que se presenta mercadológicamente por los consultores externos, en nuevos “odres”, o dicho de otra forma es el mismo producto o servicio en diferentes envolturas, y que según la sofisticación de las mismas a veces deslumbran al cliente potencial, o frecuentemente lo asustan y se resiste a veces a pagar los precios cotizados, y por ende a contratar el urgente e indispensable servicio de consultoría externa, que le ayude a salir del extravío en que se encuentra, en un territorio que tiene zonas desconocidas para el en el ámbito administrativo, o en el ámbito técnico y operativo y que a falta de un servicio sencillo externo, que el cliente entienda y le convenza, frecuentemente intentan en forma desesperada salir el solo, internándose cada vez más en territorios de más difícil salida y que acaban hundiendo en la desesperación y el fracaso operativo, financiero, administrativo y por ende al cierre o quiebra de su empresa.

En mi experiencia de consultoría con empresas micro, pequeñas, medianas, grandes y macro empresas, siempre he encontrado como una urgente necesidad de cualquier cliente, el proceso de presentarle en forma simplificada, el territorio en el cual se encuentra, su pasado es decir de dónde viene, y en caso a seguir por la misma ruta, hacia donde se dirige.

En la consultoría empresarial, si el administrador o dueño de una empresa, no entiende en forma simplificada, que el origen, situación actual y futuro de su ubicación en el territorio competitivo de una economía global, es producto de sus decisiones, acciones, indecisiones e inacciones, y a veces por el precio que paga, cree estar comprando remedios mágicos para sus males, y no se compromete por falta de entendimiento, con precisión, compromiso y acción decidida de su parte, por muy caro que pague por un remedio supuestamente mágico, no sólo no saldrá de su extravío, sino probablemente se seguirá hundiendo en peores situaciones.

Los consultores frecuentemente tendremos a hablar en términos “taxonómicos” es decir “jerigonza”, equivalente a lo que hacen algunos médicos, que el paciente no entiende, pero en virtud de que confían en el médico ciegamente, esperan una cura mágica, cuando muchas veces su enfermedad se origina en una conducta repetitiva del paciente que si la entiende, y se compromete, es fácil de corregir, de lo contrario desarrolla una dependencia mágica del médico y de sus remedios curativos, que no preventivos.

El proceso de diagnóstico es una serie sencillo de pasos de ancestral sabiduría, no por eso menos simple:

1.-Detección de síntomas

2.-análisis de causas del problema

3.-Diseño de alternativas de solución

4.-Evaluación de alternativas

5.-selección de la alternativa adecuada

6.-instrumentación de la decisión

7.-evaluación del resultado.

En el vector directivo o administrativo, en mi experiencia, es difícil encontrar en la práctica real de los negocios el recorrido histórico de una sana ruta, lo que quiere decir que el dueño o sus encargados de administrar el negocio, hicieron una adecuada planeación, diseñaron e instrumentaron una adecuada organización, han conducido la empresa bajo una eficiente proceso dirección y por último están pendientes en forma adecuada, atentos y controlando los resultados obtenidos.

Es frecuente encontrar que una buena planeación, reduce sustancialmente la necesidad de rígidos controles, aún operando con una mediana organización y dirección.

Por otra parte también es frecuente que un rígido control de la persona interesada en el negocio, supla en forma más o menos adecuada, la carencia o baja calidad en la planeación, organización y dirección de la ruta administrativa seguida por la empresa.

Pero como frecuentemente sucede y en forma más generalizada de lo esperado, los dueños o administradores, desarrollan “puntos ciegos”, es decir: “no ven, que no ven, lo que no ven” que también se denomina en el argot popular” ceguera de taller”.

De aquí la conveniencia de simplificar en el proceso de consultoría, el entendimiento, la comprensión y el compromiso de directivos o dueños de empresas para el logro de los resultados deseados, según se definió el concepto de problema. Aqui una matriz simplificada que denomino “Modelo de mapa empresarial”

Jesus Robles Villa
Twitter: @roblesvilla

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México país de microempresarios

January 24th, 2011

A lo largo de los últimos 30 años, México se ha debatido , en una cadena interminable de crisis de distinta naturaleza, económica, financiera, política, migratoria, de desempleo, de crecimiento negativo de su economía, sólo por mencionar algunas de tales crisis.

El gobierno federal, a través de sus mecanismos e instrumentos de política del desarrollo, ha intentado diversas soluciones con el propósito de romper esa inercia de inmovilidad, que mantiene el país en diferentes niveles indicadores de retraso, de falta de despegue y de pérdida de competitividad y de aprovechamiento de oportunidades, con decisiones como la de la apertura indiscriminada al mercado global, que desde mediados de los ochenta, tomó el gobierno federal.

En diferentes informes de corte estadístico, se menciona que más el 98% de las empresas en México son micro y pequeñas empresas, de un solo propietario, y se habla de ciclos de vida en promedio no mayores a los seis años, aunque no existe acuerdo respecto a este plazo promedio de vida de las micro y pequeñas empresas, para quienes nos dedicamos a la promoción y desarrollo económico de empresas, sectores, regiones, como consultores profesionales, sabemos que existe algo que se denomina como: “el valle de muerte” de las micro y pequeñas empresas, que significa que la tasa de mortalidad de las nuevas empresas creadas por empresarios individuales, hace que rara sea la empresa que llegue más allá de los cinco años de vida.

Lo paradójico de esta situación, es que a pesar del evidente éxito comercial de muchas de estas micro y pequeñas empresas, a veces en plazos menores al año, tienen que cerrar operaciones, fundamentalmente debido a la falta de recursos financieros para sostener su operación y crecimiento, pues frecuentemente, aun produciendo productos y servicios de buena calidad y de amplia aceptación en el mercado, el propio crecimiento de necesidades de recursos financieros para financiar inventarios, cuentas por cobrar, recursos líquidos para pagar los costos de operación, entre otros, que se incrementan como producto de su éxito comercial, les impiden seguir operando, pues los escasos recursos del patrimonio personal del dueño, no son suficientes para cubrir las necesidades del capital de trabajo, que se incrementan en forma inmediata a medida que se da el éxito comercial de los bienes o servicios que produce, manifiesto en la demanda creciente de sus clientes, frecuentemente intermediarios entre el productor y el último consumidor, quien también por falta de recursos, se “recargan” o apoyan en el productor, solicitándole plazos muy largos comparados con su ciclo de rotación del capital de trabajo, que requieren para su operación con escasos recursos financieros.

Las grandes empresas de comercialización, frecuentemente estrangulan a estos micro y pequeños empresarios, al utilizarlos como fuente de financiamiento para su propio crecimiento en la apertura de nuevos locales comerciales, pues les retrasan el pago más allá de los plazos convenidos, ya de por sí demasiado extensos para las necesidades operativas de los microempresarios.

Por otra parte todas las vicisitudes vividas por el sector de intermediarios financieros en este país, que han pasado también por diversas crisis, nacionalización, reprivatización, venta a agentes financieros especializados internacionales o extranjeros, crisis global del sector financieros como la de el 2008 y otra cantidad innumerable de vicisitudes y riesgos que han vivido, mantienen a los inversionistas de este sector de la la actividad económica, con una bajísima propensión a incurrir en riesgos operativos y financieros, que vuelvan a hacer caer las instituciones financieras del país, en aquel fenómeno conocido en la década de los ochenta y de los noventas, como la “cultura del no pago”, que fue también producto del desorden financiero de los banqueros estatales, que durante el largo período en que estuvo vigente la estatización de la banca, manejada por políticos y amigos de políticos, fuera de la ortodoxia de las normas de una sana operación de intermediarios financieros, tanto jurídicas, como de buenas prácticas para el éxito de esta actividad.

Las cifras de los empresarios dueños de micro y pequeños negocios pasa de los 4 millones y medio de mexicanos, y es costumbre cultural, iniciar pequeños negocios con escaso patrimonio del propietario, con la falsa creencia de que con el éxito operativo, se generarán los recursos necesarios para financiar el crecimiento, en el mejor de los casos el empresario que decide correr riesgos para fundar un pequeño negocio, cuando sufre la restricción de la escasez de recursos para financiar su operación, acude a invitar a familiares y amigos a que aporten capital de riesgo para el negocio, pero más frecuentemente acude a toda la gama de intermediarios financieros que se aprovechan de las presiones y necesidades de este tipo de clientes sin preparación, información financiera, etc. y les exigen garantías leoninas, en plazos estranguladores y con costos financieros de capital, que hacen imposible seguir operando en condiciones de usura.

Es notorio que los mexicanos no tenemos una gran propensión a asociarnos en aventuras de negocios, la historia de la sociedad anónima como figura jurídica, evidencia esa falta de propensión, cada vez menor, a admitir socios y por ende capital de riesgo, en el inicio y consolidación de negocios que podrían llegar a crecer, pero que por la falta de liquidez y de capital, se inicia normalmente y se mantienen como micros y pequeños negocios. A finales del siglo XIX, el jurista Tedosio Lares, a quien se registra en los anales de la historia del derecho mercantil en México, como el autor del primer código de comercio, propuso la creación de distintos tipos de sociedades, pero por lo que se refiere a la sociedad anónima, planteó originalmente que fuera constituida por 25,000 socios, cifra inoperante por la falta de mecanismos e instituciones, así como de cultura para manejar tan amplio contingente de inversionistas, durante todo el siglo veinte el número de socios requeridos para formar la sociedad anónima se fue disminuyendo, y el el último tercio del siglo veinte hubo dos etapas, la de aquélla en que se requerían cuando menos cinco socios, luego se redujo a dos socios como mínimo; En el 2010, se difundió la propuesta de un anteproyecto de ley para modificar a la sociedad anónima, con el propósito de hacerla de un solo socio.

Este rasgo cultural de una escasa propensión a asociarse, es una de las primeras causas de que más el 98% de las empresas en México sean micro y pequeñas empresas y no tengan prácticamente ninguna posibilidad de crecer, cuando el mercado de intermediarios de dinero, mediante crédito, es un mercado sumamente reducido y con enormes desviaciones producto del enorme control que ejerce las instituciones financieras crediticias y todo tipo de intermediarios financieros, quienes ante las enormes necesidades y los escasos recursos existentes para financiar operaciones de crédito a micro y pequeños empresarios, lo hacen en condiciones de usura por la imposibilidad financiera de lograr buenos resultados apoyando el crecimiento y sano desarrollo en las micro y pequeñas empresas.

Otra causa de tipo operativo que mantiene permanentemente a las empresas en la categoría de micro y pequeñas, en la escasa capacidad adquisitiva de la enorme mayoría del mercado de bienes servicios de nuestro país, integrado por más de 60 millones de mexicanos que viven considerados en la categoría de pobreza, la mitad de los cuales además, considerado como de extrema pobreza, es decir personas que viven con menos de un dólar de ingresos al día, con lo cual no les basta para satisfacer las mínimas necesidades de subsistencia, menos aún para adquirir bienes que dentro de la categoría de bienes de conveniencia, no disponen de recursos para adquirirlos, por ende para fortalecer el desarrollo en muchas micro y pequeñas empresas, que tienen que producir para nichos selectos y reducidos de mercado, que son los que tienen la capacidad para adquirir tales bienes y servicios.

Pero existe otra razón de tipo estratégico internacional, que exige que el gobierno federal mediante el mecanismo de una comisión de salarios mínimos, mantenga los salarios de la clase trabajadora, a niveles competitivos internacionales, para evitar salirnos de la competencia global de los mercados de mano de obra barata, lo cual se dice agravaría el problema del desempleo y la desocupación de un sector enorme de la población, que forma parte del ejército de mano de obra no calificada, medida está que debiera beneficiar a las micro y pequeña empresa, pero que desafortunadamente se ve contrarrestada por el espíritu que priva en la ley federal del trabajo, en la cual mediante el recurso jurídico procesal de “suplencia de la queja”, que supone que el trabajador tiene que ser sobreprotegido contra los patrones, por lo que estos en toda demanda laboral, al contrario de lo que procede en los juicios en todos los demás ordenes, en el caso del juicio laboral, el patrón tiene que probar su inocencia, y si como sucede obra de buena fe, (con más frecuencia de lo que espera la ley) contrató a un trabajador, corriendo el riesgo de por cualquier motivo baladí, ser demandado en la junta de conciliación y arbitraje, esto ha propiciado una cultura de abuso del juicio laboral, por parte un amplio sector de la fuerza laboral, apoyados también por un número cada vez mayor, de abogados especialistas en derecho laboral, que se dedican a esquilmar a los patrones, apoyando, a un creciente número de trabajadores, que fraudulentamente, apoyándose en el derecho de suplencia de la queja que los protege, se dedican a esquilmar a micro y pequeños empresarios, que cada vez manifiestan más temor a contratar personal, mediante el empleo de más trabajadores, por el exagerado temor que les provoca ser víctimas de demandas injustas y juicios laborales.

Ha sido una demanda reiterada en los últimos sexenios, la de una modificación de la ley federal del trabajo, que flexibilice y más en condiciones de crisis financieras, e inseguridad, de competencia globalizada feroz, el despido y racionalización de las plantas laborales de las micro y pequeñas empresas, en la actualidad están poniendo en ejemplo internacional, gobiernos como el gobierno del Partido Socialista obrero español, quien hizo una modificación de la ley del trabajo española, precisamente para intentar lograr la flexibilidad y la competitividad de las micro y pequeños empresarios españoles, pero en México, debido al enorme temor político de los legisladores, y a lo comprometido que están los partidos políticos con los sindicatos obreros, este expediente de modificación de la ley federal del trabajo se ha diferido indefinidamente, aunque el caso de las empresas maquiladoras, y de grandes empresas corporativas en México, se han encontrado mecanismos denominados en el argot internacional, como “shelter” u “outsourcing”, que consisten básicamente en la subcontratación de la operación de producción y ocupación de mano de obra, por una empresa diferente a la dueña del operación de producción de bienes y servicios, a la cual se le paga como compensación, exclusivamente el costo de la mano de obra y en el mejor de los casos las prestaciones de tipo legal a que tienen derecho, como el seguro social, Infonavit, sistema de ahorro para el retiro de algunas otras prestaciones contractuales de poca monta, pero es un contratista, como empresa independiente del productor, que por cierto regularmente carece de bienes patrimoniales, susceptibles de ser embargados y regularmente operan sin utilidades, para evitar la aplicación de las disposiciones legales que obligan al reparto de utilidades.

Así pues estas son algunas de las razones, que mantienen a la micro y pequeña empresa, precisamente dentro de ese rango, encadenadas a un tamaño no competitivo, ni en el ámbito local, ni en el nacional y menos aún en el mercado globalizado, por lo que urge una visión estratégica de políticos, empresarios, y líderes obreros, que mediante acuerdos de grandes visión, y al amparo de la máxima popular que reza, “cuando veas las barras de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar” y lo que hoy está sucediendo a países como Portugal, Irlanda (que dejó de ser el milagro económico irlandés), Grecia y España entre otros países europeos, que están tomando medidas draconianas en diversos órdenes de sus economías, ante la amenaza de no subsistir como naciones independientes o de dejar de formar parte de los mecanismos de asociación internacionales, como el de la Unión Europea, que tantos beneficios ha traído en los tres últimos lustros y que corren el riesgo de perderlos, por excesivo dispendio gubernamental, falta de iniciativa empresarial y obrera, que al amparo de los beneficios del sostenimiento por la vía de créditos y subsidios de la Unión Europea, esta les exige hoy una conducta económica racional y acorde a sus posibilidades.

Nosotros hemos vivido crisis de este tipo en el país, de los cuales hemos salido más o menos bien librados, pero la falta de acuerdo y capacidad política para asociarse para lograr el desarrollo económico integral sustentable de este país, así como de liderazgo efectivo y eficiente de la clase patronal y obrera, amenazan con seguir manteniendo a la economía ese país, encadenada al destino de todas las dificultades y riesgos de los micro y pequeños empresarios, que a la manera películezca, amenazan con seguir actuando, como “pequeños llaneros solitarios”.

En fin, es una reflexión de las muchas inquietudes que a diario logro captar de los empresarios que se acercan a mi en búsqueda de orientación hacia un mejor rumbo en este atribulado y cambiante mundo de los negocios, hasta la próxima.

Jesus Robles Villa

Twitter: @roblesvilla

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